EL GOBIERNO Y LOS MANGOS
Cuando era un chiquillo por circunstancias de la vida me toco vivir en una pequeña finca localizada en Tumbes a orillas del rio del mismo nombre. La finca tenía muchos árboles de mango y algunos altísimos e inmensos. Cuando era temporada, los encargados de la finca invitaban a la gente a llevarse los mangos que pudieran pues el negocio de la finca no eran esas frutas, sus cosechas eran otras. Gentes de todas las edades acudían con valdes y bateas para llevarse lo más que podían, algunos aprovechaban para comer unos cuantos mangos al pie de los arboles antes de cargar lo que pudieran. Era todo un “picnic”, pero de mangos.
Los hijos y algunos parientes de los encargados de la finca y yo trepábamos los arboles para tomar las mejores –no permitido a los demás- y comerlos en ensalada. Alguno de los amigos decidió sacar ventaja de tal amistad y decidió vender los mejores mangos a espaldas de los encargados. Estos al enterarse, decidieron cortar la amistad. No acabo allí, a los pocos días entraron en tratos con un frutero –con permiso de los dueños- para venderle los más bellos mangos que yo haya visto en mi vida, parecían hechos de cera.
Noticias de este trato llego a oídos de los “aprovechados” amigos, quienes le hicieron la vida imposible a los de la finca, acusándolos desde ladrones hasta llegar a poner en tela de juicio la idoneidad de sus servicios. Los dueños despidieron a los encargados y contrataron otros administradores cuya primera medida fue, cortar los arboles de mango.
El Perú es esa finca en Tumbes–salvando distancias- , yo no vote por Ollanta, sin embargo gano. Los que creo son los propietarios del Perú, los peruanos, le dieron el encargo de administrarlo hace 11 meses. Hemos estado comiendo mangos a la sombra de una generosa economía, pero algunos del equipo de Ollanta pareciera que quisieron sacar ventaja de esa relación y fueron separados. Ahora Ollanta ha decidido llevar a cabo su propia agenda, lo cual ha enfurecido a los “aprovechados” amigos, quienes lo acusan de todo y hasta piden su remoción del cargo.
Existe una descarada y bien montada estrategia para causar el caos y sensación de desgobierno entre peruanos, desde los medios de comunicación, pasando por algunos políticos y ONGes, hasta agrupaciones dizque de defensa.
De seguir así, se corre el peligro de tener “administrador” nuevo en el Perú, que no necesariamente pasaría por nuevas elecciones. Se acuerdan de Fujimori?... Amigos no caigamos en el juego y salvemos los arboles de mango porque se vienen tiempos difíciles!
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